Bajo el lema "#MaresLimpios, ¡Cambia la marea del plástico’!", el Programa de Naciones para el Medio Ambiente (Pnuma) ha lanzado una campaña internacional para eliminar, antes de 2022, la cantidad de basura que hay en los océanos en la actualidad, sobre todo, provenientes del plástico.

La ONU ha pedido a los Gobiernos que lleven a cabo políticas para la reducción de plásticos y ha instado a los consumidores a que abandonen el hábito de usar y tirar productos plásticos. También, han solicitado a la industria que minimice los envases elaborados con este material.

El Caribe y el Pacífico centroamericano son los mares que acumulan mayor cantidad de basura en el mundo, según ha alertado el experto de Ecosistemas de ONU Ambiente, Alberto Pacheco.

Por ello, algunos países como Uruguay se han comprometido a gravar las bolsas de un solo uso a finales de este año; o Costa Rica, que tomará medidas para disminuir el plástico mediante una mejor gestión de los residuos y la educación.

"Nuestro objetivo es desincentivar el uso de bolsas de plástico a través de la normativa, dar una alternativa para los trabajadores del sector de residuos y desarrollar planes educativos sobre el impacto del uso de bolsas de plástico en el medio ambiente", ha señalado la ministra de Medioambiente de Uruguay, Eneida de León.

En la actualidad, cerca del 90% de toda la basura que flota en los océanos es plástico y cada año se lanzan más de 8 millones de toneladas de plástico a los océanos, el equivalente a verter un camión de basura lleno de plásticos cada minuto. 

Otra fuente de basura marina son las microperlas utilizadas en producción de cosméticos. Cerca de 51 billones de partículas de microplástico ensucian nuestros mares y amenazan a la flora y fauna marina, una cantidad 500 veces superior a las estrellas que hay en la galaxia. 

Además, si seguimos a este ritmo, en 2050 los océanos contendrán más plástico que peces, y aproximadamente el 99% de las aves marinas habrán ingerido plástico. Estos daños en los ecosistemas marinos ascienden al menos a 8.000 millones de dólares, que no solo causan estragos en la flora y la fauna sino también en la pesca y el turismo.

"Ha llegado el momento de abordar el problema del plástico que daña nuestros océanos", ha señalado Erik Solheim, director ejecutivo de Pnuma.