Un nuevo estudio advierte del peligro para el medio ambiente, derivado de los cauces secos de ríos o lagos de agua dulce. Como explican los científicos, además de la pérdida de este tipo de ecosistemas, estas fuentes de agua emitirían elevados niveles de dióxido de carbono atmosférico al secarse.
El proyecto, integrado por 24 equipos de investigación de todo el planeta, y encabezado por el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), la Universidad de Barcelona (UB) y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Alemania (UFZ), ha estudiado este tipo de ecosistemas de los cinco continentes, a excepción de la Antártida.
De esta forma, se ha podido demostrar que la acción de diferentes microorganismos que suelen encontrarse en lugares húmedos, y sobre todo a medida que aumentan las temperaturas, liberarían grandes cantidades de dióxido de carbono. Una situación que destaca sobre todo en puntos de los ríos que se secan de manera periódica, así como en las fuentes de agua que terminan por desaparecer debido a situaciones adversas.
Este descubrimiento destaca la presencia de microorganismos capaces de subsistir bajo condiciones muy duras, como es la falta de agua, y, además, supone un nuevo indicador a la hora de calcular las emisiones atmosférica. Puesto que este tipo de proceso aumentaría las estimaciones de emisiones globales derivadas de áreas de agua dulce, al menos un 6%.