“Creo que no hay que enseñar a usar en particular una red social, sino en general a tener la cabeza en su sitio”. “Alguna vez he pensado en una aplicación que permita saber en un momento dado cuál es la decisión correcta”. “A lo mejor nos cargamos el planeta antes y no existe el futuro”. Chavales madrileños, valencianos y sevillanos de entre 15 y 29 años llegaron a estas conclusiones en marzo de este año. Es una de las muchísimas cosas que dijeron las 1.200 chicas y chicos participantes en el estudio Jóvenes, futuro y expectativa tecnológica, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD.
Estaban organizados por perfiles y grupos de discusión y activados por un moderador. Había universitarios, alumnos del final de la ESO y de Bachillerato, todos ellos con diferentes niveles de consumo, equipación y conocimiento tecnológico. Había personas con perfil de influencer y youtuber y también autodidactas, desempleados, con un nivel socioeconómico y cultural más bajo… un abanico de situaciones y personalidades para un solo objetivo: conocer las expectativas que tienen los jóvenes españoles sobre el desarrollo tecnológico. O lo que es lo mismo, qué piensa de su futuro la generación que ya nació entre teléfonos inteligentes.
De la investigación se desprende que a los chicos y chicas les pesa demasiado el presente incierto como para pensar en el futuro. “No pensar demasiado en el futuro es el recurso que han encontrado para sobrellevar mejor el miedo a no insertarse laboralmente y no mejorar su situación respecto a la de sus progenitores” pero a la vez están asumiendo compromisos generacionales como el cuidado del medioambiente y visualizando el futuro tecnológico de forma mucho más positiva que sus mayores: “los chicos y chicas ven la tecnología como una aliada” y tienen claro que el desarrollo tecnológico, si es ético, permite avances en los sistemas de atención sanitaria, en la generación de empleo y emprendimiento, en la reducción de tareas rutinarias, en la prevención y cura de enfermedades o en el combate contra la soledad… En resumen, el sector más joven de la sociedad confía en que la tecnología aporta herramientas para una sociedad más digna y democrática sin obviar la existencia de brechas y desigualdad.
De hecho, según Anna Sanmartín y Ignacio Megías, responsables de Jóvenes, futuro y expectativa tecnológica, “al hablar de las contrapartidas y riesgos de la tecnología, los discursos de los jóvenes pasan muy por encima de las alarmas más presentes como la adicción, los abusos o los acosos”, y reflexionan más sobre los riesgos para el autocontrol o la libertad.
Hemos consultado lo que manifestaron los jóvenes en los grupos de discusión para dejar aquí una serie de píldoras sin aderezos y entender cómo piensa la generación que está creciendo en tiempos de pandemia. Y es más profundo de lo que parece:
“Hay muchos desechos de elementos tecnológicos que son mucho más difíciles de reciclar que un papel. Los residuos de las propias máquinas son muy poco ecológicos”.
“Lo de la tecnología como avance es para gente que está en una sociedad más alta que la que está en una sociedad más baja”
“Ya no necesitas ni móviles ni nada, sino manejarlo todo con la mente. En plan que quiero enviarle un whatsap, pues lo pienso y se lo envío…”
“Estamos acostumbrados a hacerlo todo ya, a que no hay tiempo de espera para nada”
“Con el tiempo tienen que evolucionar los trabajos. Que la gente volara drones o que se hiciera reparador de drones ni se pensaba. Y ahora son trabajos supercotizados”
“Habrá robots pero la mano humana es la que deja la perfección en las cosas”
“Tampoco hay nadie que nos enseñe a usar bien las tecnologías. Nunca me han dado una charla de cómo utilizar debidamente las redes sociales”
“Estaba hablando con una amiga, con el móvil en el bolsillo, de una persona y me meto en Instagram y me aparece esa misma persona de la que estábamos hablando ¡Qué miedo!”
“Queremos demostrar que el ser humano es lo más listo que ha parido el mundo y a lo mejor se nos puede ir de madre un poco”
“El otro día me fui a comer con mi familia y había una familia a la derecha y todos con el móvil”
“La gente se pone a hablar por grupos de WhatsApp y muchas veces no salen y no ven a otras personas”
“La casa va a ser un ordenador gigante en el futuro. Un ordenador que capte incluso tus emociones, que pueda saber qué estás pensando y hacerlo por ti”
“La tecnología entra también en todo el desarrollo de materiales más ecológicos, más desechables, respetuosos…”
“Hay que crear otra máquina para limpiar el mar, para detectar animales que estén enfermos”
“Llegará un momento en el que los humanos dejen de conducir y lo haga un robot, una inteligencia artificial, porque de esa forma posiblemente haya menos accidentes”
“Quien más pueda pagar pues tendrá mejor sanidad y habrá como niveles”
“Incluso podemos pensar en tipo patinete de McFly, pero en una silla de ruedas, que a lo mejor no tienen que tener contacto con el suelo”
“Que el aula sea como una realidad virtual, que se convierta en algo práctico de lo que estás estudiando. Que estés estudiando la Guerra Civil como si estuvieses allí”
“Se harán perfiles de gente y podrás compartir actividades con otras personas que tienen tus mismos gustos”
“La inteligencia artificial se podría usar como ayuda emocional. Estoy pensando en el perfil del hikikomori. En Japón hay un montón de gente que es antisocial y se queda toda la vida en casa”
“Puede llegar un momento en que la inteligencia artificial tenga ciertos sentimientos”
“Supongo que en un futuro no llevaremos la cartera, llevaremos un chip en nuestro brazo y pagaremos con él”
“Alguna vez he pensado en alguna aplicación que permita saber en un momento dado cuál es la decisión correcta”
“Que cuando te estés muriendo te puedas pasar a tu clon y seguir viviendo”
Junto al informe, la FAD ha creado un barómetro cuyos resultados establecen un perfil tecnológico del joven del año 2020. Los jóvenes españoles usan habitualmente el smartphone y el ordenador portátil, sobre todo para contenidos de ocio (comunicación vía chats, consumo de productos culturales y de entretenimiento…), más del 90 % participa en redes sociales, donde destaca Instagram; un 40 % crea contenidos propios, sobre todo de tipo humorístico; una gran mayoría se cree muy competente tecnológicamente, y un dato importante: más del 52 % de los entrevistados contrasta la información que reciben por redes sociales. Entre los jóvenes, como en el resto de la población, los hay confiados, soñadores, prácticos, críticos… la mayoría son optimistas. Ojalá no sea por ignorancia.