“Graba tos. Fuérzala si no sale de forma natural. Haz clic en el botón de abajo para comenzar a grabar y haz clic nuevamente para parar”. Este es el mensaje que se encontrarás si quieres participar en el ensayo para el desarrollo de una aplicación que detecte casos positivos de COVID-19 a partir del sonido de la tos. El Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) a través del laboratorio Auto-ID Lab, con sede en Barcelona y dirigido por el investigador catalán Brian Subirana. Desde el comienzo de la pandemia, las autoridades de la OMS aseguraron que uno de los síntomas de la COVID-19 era la tos seca.

El proyecto busca personas voluntarias entre 20 y 90 años, que tendrán que responder preguntas sencillas como edad, sexo, fecha de nacimiento y fecha del inicio de la enfermedad en caso de que sea paciente con coronavirus. También se grabarán toses de personas no contagiadas o que hayan superado ya la enfermedad para poder compararlas usando Inteligencia Artificial (IA). Según el documento de consentimiento, “MIT publicará sus contribuciones al algoritmo resultante a la comunidad de atención médica sin ningún coste”.

Según explicaron responsables de la investigación, los primeros resultados son alentadores. Brian Subirana, profesor del MIT y de Harvard, ha mostrado su entusiasmo “con la idea de poder colaborar con esta nueva herramienta de diagnóstico gratuita y de gran alcance para hacer frente a esta pandemia mundial. Esta tecnología podrá ser muy importante de cara a poder ayudar en la fase de desescalada, cuando las empresas y establecimientos abiertos al público tengan que asegurar un control exhaustivo de las personas que comparten un mismo espacio, para evitar un rebrote del virus. Por eso, necesitamos recopilar cuántos más datos mejor, que nos ayuden a entrenar el modelo y prevenir futuros contagios”.

En las semanas que llevan desarrollando la aplicación, el Auto ID-Lab ya está trabajando con centros hospitalarios como el Hospital Clínic de Barcelona. Allí, la doctora Susana Puig, jefa de Servicio en el hospital catalán, coordina al equipo de investigadores que recoge grabaciones de la tos y datos clínicos de los pacientes. Con la recopilación de estos datos se puede mejorar el modelo de detección entrenando al algoritmo. Este entrenamiento requiere a la vez la recogida de otras toses de ciudadanos en general. Para esta fase –la más urgente– se ha habilitado la web opensigma.mit.edu donde cualquier persona puede grabar su tos de forma anónima.

Cuando haya suficiente información, los resultados se presentarán a la comunidad científica y sanitaria para su convalidación. Solo después podría ponerse a disposición de los ciudadanos una aplicación en abierto para el diagnóstico rápido de la COVID-19. El rastreo del coronavirus es una de las prioridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las autoridades sanitarias de cada país y de las principales instituciones científicas. Hay varias iniciativas encaminadas a desarrollar apps de localización de casos positivos de coronavirus que podrían estar listas en las próximas semanas.