La desaparición del dinero en metálico se lleva vaticinando años. La acción del coronavirus a lo largo del planeta –casi 8 millones de diagnosticados, más de 433.000 fallecidos y cerca de 4 millones de curados– y la posibilidad de contagio al hacer pagos con billetes y monedas, con recomendación de la OMS incluida, ha acelerado el uso de distintos medios de pago que no requieren contacto físico con el vendedor: la tarjeta bancaria y el teléfono móvil son los triunfadores de la crisis. Pasar la tarjeta por encima del lector de pago o colocar encima el smartphone basta para saldar cuentas. El móvil se ha convertido en un actor principal de las compras.Aunque monedas o billetes no son superficies distintas a otras cuando hablamos de contaminación, desde la llegada de la COVID-19 nos hemos obsesionado con la posibilidad de transmisión si pagamos en metálico. Durante esta pandemia hemos visto también cómo han triunfado las aplicaciones para hacer envíos de dinero entre amigos. Bizum, que no es una aplicación como tal y que aparece en la app de tu entidad bancaria, es la más conocida pero hay casi una decena de fórmulas similares para hacer pequeños pagos instantáneos: Twyp, Jaxx, Skrill, Venmo o Alipay son algunas de las más utilizadas.
Ayer 15 de junio, WhatsApp anunció que Brasil será el primer país en incorporar el sistema de pago entre usuarios individuales y permitirá también realizar pequeñas compras en negocios locales sin salir del chat. Por el momento, el país sudamericano será el campo de ensayo de este servicio. La aplicación de mensajería instantánea, propiedad de Facebook desde 2014, explicó en un comunicado que "el alma y el motor" de la economía brasileña son los más de 10 millones de pequeños negocios que funcionan en el país. A través de WhatsApp, muchos clientes consultan precios y disposición de productos, por lo que con el nuevo servicio se simplifican los pagos. Lo mismo ocurre con el envío de dinero entre conocidos, amigos y familiares, “algo que adquiere más importancia en momentos como estos en los que las personas tienen que practicar el distanciamiento social”. Un pin de seis dígitos o huella dactilar servirá para garantizar la seguridad de las transacciones, que no tendrán costo para los usuarios.