Los peces payaso, conocidos por el famoso dibujo animado 'Nemo', ponen sus huevos en las anémonas y viceversa; las anémonas viven en los tentáculos urticantes de las zooxantelas que son algas microscópicas, así se aportan mutuamente protección y alimento. Sin embargo, esta relación entre los peces payaso, las anémonas y las microalgas se puede ver afectada por el aumento de la temperatura del agua.

El problema de estas especies está en las consecuencias que puede provocar el calentamiento global con temperaturas cada vez más altas ya que la situación puede cambiar. Si las algas desaparecen con las temperaturas altas, provoca que las anémonas se blanqueen, lo que aumenta las concentraciones de cortisol –hormona asociada al estrés en los animales- en los peces payaso, según Ricardo Beldade, primer autor del trabajo e investigador en el Centro de Investigaciones Insulares y Observatorio del Medioambiente de la PSL Research University en la Polinesia Francesa.

Esta investigación se ha realizado gracias a la observación de 13 parejas de peces payaso durante un año en los arrecifes de coral de la isla de Moorea en la Polinesia Francesa. Durante el periodo de la observación se produjo El Niño que provocó la subida de la temperatura del océano Pacífico en 2 grados y redujo el número de microalgas lo que blanqueó las anémonas y repercutió en los peces. Los científicos han declarado que esta subida causó la disminución de casi el 73% de los huevos viables y además estos peces pusieron menos huevos.

Además, para conocer su nivel de estrés, en las tomas de sangre realizadas a otras 52 parejas de peces payaso observaron que su fertilidad se había reducido porque sus hormonas sexuales habían disminuido drásticamente debido al estrés, ha recalcado Suzanne Mills, autora principal del estudio y científica en el centro de investigación francés en Moorea.

Con las conclusiones anteriores, el estudio sugiere que, aunque el calentamiento y el blanqueamiento no afecte directamente a la supervivencia sí afecta a su reproducción por sus altos niveles de estrés.

Por último, es necesario recordar que el 12% de los peces que viven en la costa de la Polinesia Francesa dependen de anémonas o corales para alimentarse o protegerse de los depredadores. Si suben las temperaturas, se verán afectadas estas especies lo que podría desestabilizar los ecosistemas.