El informe, que ha recopilado datos de 412 ciudades de 20 países, hace una predicción a futuro para los años entre 2031 y 2080 y relaciona la mortalidad con las olas de calor en diferentes escenarios en función de los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, adaptación y densidad de población.

En España habrá un incremento del 292%

Durante los escenarios de altas emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país, la investigación estima que se producirá un incremento del 292 % en las muertes causadas por olas de calor, en comparación con el período comprendido entre los años 1971 y 2010.

No obstante, advierte el trabajo, ese aumento se vería reducido en los escenarios si se aplicasen estrategias de mitigación para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

El estudio se publica en la revista “Plos Medicine” y en él han participado centros de investigación de 19 países, dirigidos por la Universidad de Monash, en Australia, señalan sendas notas de prensa del CSIC y de la universidad australiana.

Zonas tropicales, Europa, Estados Unidos y Australia

Si la población no logra adaptarse al incremento de las temperaturas derivado del cambio climático, en el próximo medio siglo el número de muertes por olas de calor aumentará drásticamente en las regiones tropicales y subtropicales del planeta, seguidas de cerca por Australia, Europa y Estados Unidos, según el artículo.

En un escenario extremo habrá un aumento del 471 % en las muertes por olas de calor en tres ciudades australianas: Brisbane, Sídney y Melbourne.

Olas de calor más frecuentes, intensas y duraderas

Los estudios más recientes demuestran que las olas de calor futuras serán más frecuentes, más intensas y durarán mucho más por los efectos del cambio climático, según la nota del CSIC.

Los autores recomiendan una serie de medidas de acción, entre ellas políticas específicas o regulaciones, planificación urbanística, la plantación de árboles en las ciudades, la accesibilidad de fuentes públicas de agua potable o la adecuación de las viviendas a las altas temperaturas.

Además, mejorar los servicios de atención sanitaria, la reducción de la pobreza, la redistribución de los recursos y la creación de un sistema de alertas de olas de calor.