Nuka salió en todos los informativos hará un par de años, con su pelaje suave y amarillento y su carita de bebé. Por primera vez, una foca pía se saltaba el guion. Hasta entonces, este tipo de foca solo protagonizaba reportajes que denunciaban su caza indiscriminada. Crías abatidas sobre la nieve. Nuka tuvo mejor suerte, ella es un robot-foca creado para ayudar a personas con problemas de ansiedad, tristeza o demencia. En 2018, el padre de Nuka estuvo en España. Se trata del investigador japonés Takanori Shibata, del National Institute of Advanced Industrial Science and Technology. El científico contó que Nuka ya trabaja como robot terapéutico con niños autistas, pacientes con Alzheimer o ancianos con trastornos mentales en residencias y centros hospitalarios. En su charla expuso el paisaje que nos encontraremos: “El papel de los robots terapéuticos será esencial en los próximos años, ya que para 2050 la mayor parte de los países tendrán una población muy envejecida”. Shibata viajó hasta Canadá, donde existe una importante colonia de focas pía para examinar el comportamiento de las crías de esta especie: “No tienen miedo de los humanos y son encantadoras”, observó el científico nipón. Los sensores y la inteligencia artificial han convertido a Nuka en la mejor compañía. Responde a las caricias y al nombre propio que le pongamos y reconoce la voz. Shibata lo tenía claro: “Puede mejorar la calidad de vida, la ansiedad, el dolor, la depresión, el sueño, la soledad, y también la comunicación y la sociabilidad de las personas”.

No hace mucho os contamos en Levanta la cabeza que una profesora de Bioética de EE. UU. defendía la reinvención de los humanoides con fines sexuales para que ayuden a dignificar la vida de las personas mayores con discapacidad. Nancy Jecker ha asegurado: “Casi todo el mundo quiere a alguien a quien amar, pero muchas personas no tienen a nadie. Si este deseo humano natural puede ser satisfecho para todos… seguramente el mundo será un lugar mucho más feliz”. Si esta pandemia ha enseñado algo es que tecnologías como la inteligencia artificial y la robótica puede ser un gran compañero de viaje de los humanos, sobre todo en áreas de salud. Por ello, muchos expertos en IA reclaman un avance de esta tecnología bajo los valores de la ética.

Estrés y ansiedad en la oficina

En octubre, un estudio de Oracle y Workplace Intelligence entrevistó a más de 12.000 empleados, gerentes, responsables de Recursos Humanos y directivos en 11 países sobre su estado anímico tras la explosión de la pandemia de la covid-19. El 70 % admitió haber sufrido más estrés y ansiedad que cualquier otro año anterior, y más del 85 % confesó que estos problemas en el trabajo afectaban a su vida familiar.

Una de las respuestas que más impresionó a los promotores de la encuesta es la confianza que tienen los humanos en la tecnología cuando se trata de encontrar ayuda. El 82 % de los trabajadores entrevistados piensa que los robots pueden apoyar su salud mental mejor que los humanos. ¿Por qué? Un 34 % cree que los robots brindan una zona libre de juicios, un 68 % prefiere hablar con un robot antes que con su jefe sobre problemas de estrés en su trabajo y el 80 % estaría dispuesto a tener un robot como terapeuta o consejero. Por otro lado, el 75 % de los empleados sostiene que la IA ayuda a mantener la salud mental en el puesto de trabajo.

El año 2020 y los cambios forzados en muchos hábitos laborales (como ejemplo, el teletrabajo), los miles de fallecimientos por la pandemia, la importante crisis económica y un 2021 que se anticipa difícil para muchas familias están afectando de una u otra manera a la salud mental de las personas. Según datos del CIS, el 79,3 % de la población española considera que la crisis del coronavirus ha tenido efectos en la salud emocional. Sentimientos como la ansiedad, la preocupación o la tristeza han hecho mella