Las distopías mentales también rozan la música, quizá la creación humana más valiosa para el alma. Pero también para el cerebro, que reacciona ante una melodía bien compuesta, y el corazón, que se agranda o se encoge ante una canción que nos transporta. Hay escalofríos, vellos de punta y cosquilleo cuando se escuchan los recuerdos. ¿Cuántas veces un cante te ha hecho soñar? Últimamente se habla mucho de la capacidad de las máquinas para confeccionar letras y músicas, para disputar el trono a los grandes compositores,. Hay hologramas cantarines, personajes animados convertidos en estrella de la música pop y algoritmos e inteligencia artificial (IA) capaces de idear una playlist de cualquier estilo. Hay quien nos quiere convencer de que el arte humano tiene fecha de caducidad ante el empuje de las bandas maquineras. Son cantos de sirena. Si seguimos escuchando música, si seguimos buscando en sus raíces y compartiendo canciones, las máquinas podrán ayudar a los músicos–como ya hacen desde hace décadas– pero nunca convencernos de que pueden crear, ellas solas y con emoción y motivación, la mejor canción. Puede ser que un día hagan la mejor canción del verano.

A principios de este año, la compañía TickPick hizo un curioso experimento. Un grupo de inteligencias artificiales fueron entrenadas con miles de canciones para especializarse en un género musical concreto (rock, pop, country y hip-hop). En doce horas de aprendizaje, los algoritmos –duchos en analizar las formas de composición– se pusieron a componer. ¡Cien canciones originales de cada estilo! Sus creadores les pusieron nombre a los artistas artificiales y un disco repleto de canciones en el mercado. Si escucháis algo de Rockin’ Robots, Young AI, Cowboy Computers o Artificial Pop, tenéis que saber que los derechos de autor son de desarrolladores y máquinas. Pero lo más interesante del ensayo es que hicieron una encuesta y las IA lograron convencer a muchos humanos de que eran capaces de escribir letras más creativas y emotivas que Adele o The Beatles. Lo que no pudieron fue imitar a los raperos. Los entrevistados tuvieron dificultades para diferenciar una canción country hecha por máquinas de una humana, pero sí vieron rápidamente que las composiciones raperas no eran el fuerte de los algoritmos.

Bueno, es viernes. Para que no habléis solo de oído, os dejamos un ramillete de canciones creadas por máquinas:

Una nueva canción de Led Zeppelin. Si alguien la está liando a lo grande con esto de letras creadas por inteligencia artificial (IA) es el youtuber Funk Turkey. La última creación lanzada por este músico y cómico de Arkansas es un tema al estilo Led Zeppelin. Un algoritmo ha cogido todas las letras de la banda de rock británica, las ha analizado y ha cogido y empalmado aquellas partes que le han ido bien para montar una canción que quiere acercarse a las dotes de Robert Plant y los suyos. Por mucho que use el ‘Baby, baby, baby’ y el timbre de los alaridos del cantante inglés, nada que ver Stairway to heaven o Whole lotta love. Turkey ya ha utilizado esa técnica con anterioridad para imaginar canciones al estilo de AC/DC, Nirvana o Iron Maiden.

Bach y sus cantatas. Del rock duro pasamos a la música barroca. En 2018, el programa DeepBach se dedico a aprender del maestro alemán. Los expertos en que las máquinas aprendan de forma automática se dieron cuenta de que Johann Sebastian Bach utiliza en la composición de sus cantatas unas pautas escalonadas y lo aprovecharon para intentar que una IA escribiese una pieza propia lo más parecida a las composiciones del músico del siglo XVIII. Son sesenta segundos generados por una herramienta de aprendizaje profundo con unas armonías que dan el pego.

Un ídolo virtual de pop oriental. Miku Hatsune es un auténtico fenómeno fan, un icono virtual. Han dicho de ella que es la primera voz del futuro. Miku es una chica de gran melena azul, un dibujo animado japonés que usa un programa de software de síntesis de voz y que es capaz de cantar. El banco de voces (dos en inglés y dos en japonés) de su última versión (2018) posee mil muestras de audio y miles de líneas de texto, estilos de canto y efectos. La compañía Sega ha creado el ‘Hatsune Miku: Project DIVA’, un videojuego que ha vendido en los últimos meses casi medio millón de unidades. Hatsune, lanzada en 2007, actúa en directo en forma de holograma y participa en festivales y otros eventos.

Un bot para el rapero Travis Scott. Travis Scott versos Travis Bott. Bueno, realmente son dos productos (humano y desarrollado por IA) que se complementan. La empresa Space150 ha decidido crear un músico de inteligencia artificial inspirado en el rapero y productor de Houston, lanzando un nuevo tema con videoclip incorporado. Como siempre, una IA se empapa de melodías y letras para ensamblar un nuevo tema. Como Scott es muy peculiar en estética y letras, ha dado igual que la canción de Bott no tenga mucho sentido.