Hay un ‘virus’ que se está transmitiendo a través de las pantallas. No, no es el comienzo de una invasión zoombie por estar todo el día sumergidos en videollamadas. Tampoco hablamos de los smombies, esos peatones que no levantan la cabeza del móvil ni para cruzar la calle. Es algo más raro, que psiquiatras de la Hanover Medical School (Alemania) han denominado Enfermedad Sociogénica Masiva inducida por las redes sociales (MSMI, en sus siglas en inglés). Paremos un momento y retrocedamos en el tiempo.

Junio de 2019. La responsable del área de pacientes con síndrome de Tourette de la escuela de medicina de Hanover, Kirsten Müller-Vahl, no salía de su asombro: cada vez llegaban más personas con tics similares a los que provoca Tourette, una afección del sistema nervioso que suelen comenzar en la niñez –entre los 5 y los 10 años– y que se caracteriza por distintos tipos de tics motores (parpadear o guiñar los ojos, sacudir un brazo o encogerse de hombros) o vocales (repetir frases, gritar improperios, carraspear, aclararse la garganta o hacer sonidos similares al de olfatear). Aunque este trastorno no tiene cura, tampoco es degenerativa ni menoscaba la inteligencia y en muchos casos los tics van aminorando.

La doctora se extrañó porque casi todos los que acudían a la consulta sufrían tics muy parecidos. Gracias a una estudiante de la escuela, empezaron a desenmarañar el enigma. Resulta que había un youtuber, Jan Zimmermann, que dice padecer el síndrome de Tourette y que utiliza su canal, con más de 2 millones de suscriptores, para hablar con humor de su trastorno. Muchos de los pacientes que habían pedido ayuda a la investigadora Müller-Vahl admitieron ser asiduos seguidores de este youtuber. Y entre los tics que sufrían destacaban la repetición de frases que también decía Zimmermann, como ‘Heil Hitler’ ‘Patata frita’ o ‘Eres feo’. Incluso repetían comportamientos como tirar bolígrafos en la escuela y platos en casa.

Un ‘youtuber’, en el centro del huracán

Ahora, un grupo de psiquiatras germanos ha desmentido que lo sufrido por este grupo de pacientes sea un trastorno de Tourette y ha identificado el brote reciente como una nueva enfermedad inducida por las redes sociales. Publicada la investigación a finales de agosto de 2021 en la revista académica Oxford University Press, los psiquiatras admiten que “desde hace poco, en varios países, incluidos Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Francia y Canadá, han aparecido un creciente número de vídeos en redes sociales y plataformas como YouTube, Instagram y TikTok que muestran a personas que afirman padecer el síndrome de Tourette”. Entre ellas destacaba la de Zimmermann, donde el joven de 22 años muestra un sinfín de movimientos, vocalizaciones, frases y comportamientos extraños que, según él, son tics, “pero que claramente son de naturaleza funcional”. Detectaron que el presunto afectado cambiaba sus palabrotas y frases malsonantes semanalmente cada vez que lanzaba un nuevo vídeo, mientras que la mayoría de los síntomas de Tourette se repiten en el tiempo. El youtuber logró en solo tres meses de 2019 más de 1 millón de suscriptores en su canal. En la actualidad es el segundo creador de YouTube con más éxito en Alemania y ya ha subido cerca de 300 vídeos. Ah, las frases de sus supuestos tics se venden en su página impresos en gorras y sudaderas.

Lo cierto es que muchos de los adolescentes que visionaban los vídeos de Zimmermann fueron diagnosticados con síndrome de Tourette porque no se había analizado la influencia que había tenido el visionado de los vídeos de YouTube y de otras redes sociales. Los psiquiatras han concluido que estos jóvenes se han visto afectados por la nueva Enfermedad Sociogénica Masiva inducida por las redes sociales (MSMI). Y descartaron que fuesen tics de Tourette porque el inicio de estos comportamientos fue abrupto en lugar de lento, los síntomas no fueron en aumento y algunos movimientos sencillos relacionados con el síndrome aparecían en segundo plano o no existían, como por ejemplo el parpadeo de ojos o ruidos al aclararse la garganta. La propagación se había producido por las redes sociales tras ver vídeos como los de Zimmermann. Los tics eran imitados y se contagiaban rápidamente de una persona a otra.

Los jóvenes que padecen la MSMI, aunque no tuvieron contacto directo y físico con Zimmermann, sí mostraron una “fuerte identificación” con el youtuber, le admiraban por su punto de vista abierto sobre el trastorno de Tourette y por tener éxito, “condiciones que provocan emociones fuertes y, por lo tanto, desencadena aún más el contagio”, explican en su publicación. Por lo tanto, estos brotes con síntomas similares al síndrome de Tourette responden a una nueva variante de los trastornos sociogénicos masivos (MSI), enfermedades de rápida propagación entre miembros de un grupo cohesionado. Lo que a veces se han denominado delirios o histerias colectivas. Curiosamente, la pandemia de la COVID-19 y la ecoansiedad, ese temor incontrolable a un desastre climático al observar a diario el impacto en el planeta de la conducta humana, también se ha asociado con estas enfermedades sociogénicas de masas.

Reacción de estrés de esta sociedad

La principal diferencia es que en el caso de los pacientes con MSMI, las redes sociales han sido la herramienta de propagación. Los psiquiatras hablan de episodios similares en adolescentes que desarrollaron los tics después de ver a un tiktoker que también decía sufrir la enfermedad de Tourette. De hecho, el neurólogo David Lichter, que estudio un brote en una escuela de Nueva York en 2012 donde un numeroso grupo de estudiantes desarrolló comportamientos parecidos a un tic de inicio súbito, ya sugirió la influencia de las redes sociales: “El mimetismo continúa con la exposición a Facebook o YouTube”, sobre todo en población vulnerable. En aquel suceso, la mayoría de alumnas afectadas tenía arrebatos verbales y movimientos espasmódicos similares. Se puede decir que este fue el primer caso de enfermedad sociogénica masiva que se propagó a través de las redes sociales.

El ‘virus’ de MSMI inducido por las redes sociales puede verse, según el estudio de los psiquiatras de Hanover, como reacción de estrés ligada a la sociedad posmoderna que promueve “la búsqueda de atención, la crisis de identidad y los nuevos desafíos”. El problema es que si las redes sociales pueden ser propagadoras, el impacto en los sistemas de salud asusta, ya que lo pueden sufrir distintas personas al mismo tiempo y en distintos lugares del planeta.

A lo largo de 2021, pediatras y profesionales de la salud mental infantil han detectado un aumento de los síntomas de tics desde el inicio de la pandemia, que ya se observa como un detonante de trastornos mentales en adolescentes

Robert Bartholomew, un sociólogo neozelandés experto en MSI, asegura que este no será el último brote. “Creo que estamos viendo un cambio importante en la presentación de enfermedades sociogénicas masivas, donde Internet y los medios de comunicación son los vectores principales”, sostiene. Para él, estar en un entorno de cierre enclaustrado y pasar más tiempo en sitios como YouTube y TikTok “probablemente haya intensificado los efectos de estos sitios en los jóvenes”.