El amor de verano forma parte del imaginario colectivo. Da igual la edad que tengamos. En realidad, da igual casi todo cuando nos referimos a ese romance arrebatador, a ese flechazo mar y montaña o a ese encontronazo pasional fuera de lugar, alejado de las rutinas del día a día. Los amores de verano tienen otra temperatura, otros paisajes… Desde que el Dúo dinámico cantó aquello de que “el final del verano llegó y tú partirás”, que es lo mismo que les pasaba a Sandy y Danny en el comienzo de Grease, el mundo ha cambiado mucho. De hecho, ha dado un vuelco tremendo con la pandemia de coronavirus. Lo que no ha cambiado han sido las ganas de conocer gente durante las vacaciones. Algunos pensaron que con el confinamiento por la COVID-19, las apps para ligar tendrían los días contados y sucedió todo lo contrario. Las más conocidas se han ido adaptando a los tiempos y sus usuarios han encontrado en aplicaciones y redes sociales las mejores herramientas para combatir la ansiedad del encierro y poner su corazón y mente a mil por hora. A principios de este año estuvieron bajo la lupa por cómo procesan y comparten los datos de los usuarios.
Estamos en pleno verano, el primer verano de la era pandémica por el coronavirus, y las ganas de ligar no van a desaparecer por los calores, la mascarilla o la distancia de seguridad. Pero hay que prestar atención, las denominadas ‘estafas de romance’, las extorsiones relacionadas con una atracción fatal y el ciberacoso están más vigentes que nunca ahora que hemos acabado la desescalada. “Si antes era raro ligar por internet, ahora casi es extraño no hacerlo. Y, por supuesto, no hay ningún problema en esto. Solo debemos tener presente que en cualquier ámbito donde se implanta la tecnología, hay posibilidad que se cuelen los ciberdelincuentes”, ha explicado el experto en ciberseguridad José Rosell, de S2 Grupo. Y si esto ocurre, probablemente no solo se partirá nuestro corazón. En Levanta la cabeza queremos que disfrutes del verano y las citas. Aquí tienes unos cuantos consejos para no caer en las redes de los falsos amantes y otros estafadores. Ellos no descansan.
Videollamadas antes de quedar. Tinder, la aplicación más popular para ligar, ha puesto en marcha una nueva función que permitiría a los usuarios realizar una videollamada antes de reunirse en persona. Para evitar malas experiencias, solo se activará la conversación cuando los dos participantes hayan dado su visto bueno y pulsado el botón de inicio. Otras aplicaciones como Hinge o Bumble ya habían incorporado los chats con vídeo anteriormente.
Falsos lovers. Ojo con los perfiles que nos envían mensajes bonitos. Los ciberdelincuentes crean identidades falsas que solo buscan el engaño. Cada vez es más habitual que en las solicitudes de Instagram encontremos mensajes privados de bellas chicas –los hombres caen más fácilmente que las mujeres– que pretenden iniciar una conversación. Podemos obviarlos, es la mejor solución. Si aceptamos el mensaje, comenzará la estafa, te pondrás a seguir el cebo y probablemente facilitarás más información de la cuenta.
El amor a veces debe ser ciego. Si no quieres correr riesgos inútiles, no facilites más información de la cuenta sobre tu persona. Lo mismo ocurre con las fotografías. En un momento de arrebato, puedes enviar imágenes y luego arrepentirte. Los ciberacosadores pueden utilizarlas para pedirte dinero a cambio de no difundirlas.
Fotos ‘tinderianas’. Nos dejamos llevar por una buena foto, nos enternece ver un animal junto al pretendiente y nos da más confianza ver a alguien que hace deporte o es creativo. Los estafadores del amor lo saben y usan estos trucos cuando crean perfiles falsos para aplicaciones de citas. Ponen en marcha programas informáticos (bots) que se comportan cómo tú quieres que lo hagan. No es raro que aprovechen fotografías de actores o modelos robadas de internet. En Tinder no es oro todo lo que reluce, así que los expertos en seguridad recomiendan que cojas la foto del perfil y compruebes si pertenece a la persona o corresponde a un perfil falso. Como ha habido muchas críticas, la app de citas más popular ha instalado una nueva función de verificación que permite detectar si una persona utiliza en su perfil una foto falsa o suplanta otra identidad. Gracias a la inteligencia artificial, Tinder comprueba que la imagen sea auténtica y solicita de los usuarios que se hagan varios selfies para evitar estafadores. Podrás distinguir a los usuarios verificados porque tienen un indicador azul.
No quieren conquistar tu corazón, quieren tus datos. La idea de los malos es infectar tus dispositivos de virus o instalar programas espías para poder conocer tus contraseñas, la información que guardas o tus datos bancarios.
En el ‘catfishing’ todo vale. Ganarse la confianza dando pena suele ser otra de las estrategias en el ciberamor. Aunque no lo reconozcamos, nos puede el romanticismo. En estos fraudes, las cosas van más despacio. La complicidad es clave y creemos que la persona que hay al otro lado es “perfecta”. El ciberamante consigue crear un vínculo basado en las emociones, hay muy buen rollo y en un momento determinado nos cuenta una historia de película de sobremesa, de esas que te dejan tocada. Se inventan una realidad donde todo es mentira. Su único objetivo es sacarte el dinero para ayudar a curar una enfermedad o una situación terrible... que no existen. En el catfishing todo vale.
Usa una cuenta de correo distinta para tus aventuras. Por precaución, crea una cuenta de mail solo para tus historias de amor en internet. De esta forma, tus direcciones personales y profesionales estarán a salvo de los ciberdelincuentes.
Llega el momento de la cita. Es verano y los días se alargan. Lo más seguro es que las citas se lleven a cabo en lugares públicos. Tinder ha puesto en marcha un ‘botón del pánico’ que permitirá al usuario alertar a los servicios de emergencia y compartir la ubicación exacta. Además, antes de quedar con alguien, podrán almacenar toda la información sobre la persona y ubicación de la cita.
¿Qué es el eWhoring? Hasta hace poco era un negocio solo para expertos en la cara oculta de internet. Los ciberdelincuentes crean primero un paquete de fotos y vídeos de una chica sacados, principalmente, de páginas porno amateur. De esta forma hemos creado un personaje y su historia. Esa supuesta chica contacta con hombres en internet, con los que conversa y alguna fotografía. Cuando ha ganado su confianza, la supuesta chica le cuenta una milonga, que lo está pasando mal, que va a ser desahuciada, que necesita urgentemente una ayuda. Y que a cambio de una cantidad de dinero, ella le pasará material íntimo en vídeo o imágenes fijas. Pues bien, ahora los ciberestafadores están acudiendo a las apps de citas para recopilar material que luego puedan vender a incautos. Nadie puede garantizar que las videollamadas de las aplicaciones para ligar no sean grabadas y luego utilizadas en la Deep web. De hecho, en enero se filtraron más de 70.000 perfiles de Tinder por una brecha de seguridad.
Es cierto que en la mayoría de los casos no hay maldad en las citas por internet, que lo único que buscamos es compañía y diversión. Es mejor tomar unas sencilla precauciones para aprovechar el verano sin sobresaltos, que bastante tenemos con los nuevos brotes..