El Gobierno federal de EE. UU. ha abierto diligencias por comportamiento monopolístico contra las conocidas como 'big tech' de Silicon Valley. El objetivo del proceso es examinar las prácticas dominantes en redes sociales (Facebook), de buscadores en Internet (Google), de servicios de venta (Amazon) o proveedores de sistemas operativos, en los que Apple y Android acaparan el mercado. La revisión se enfoca en ver cómo estos gigantes han acumulado poder de mercado y si han actuado para reducir la competencia perjudicando a los consumidores.

La revisión antimonopolio fue anunciada el pasado mes de junio. Aunque no se ha oficializado quienes serán las empresas investigadas, The New York Times apunta a que el Departamento de Justicia se encargará de investigar a Google y Apple, mientras que la Comisión Federal de Comercio (FTC) se centrará en Amazon y Facebook. Con esta acción se muestra la clara caída de privilegios de estas grandes, que durante toda su trayectoria se han librado de las leyes antimonopolio, quizá debido a que las empresas con precios bajos que se centraban en el bienestar del consumidor no atraían las investigaciones federales antimonopolios. Los servicios de estas empresas son, aparentemente, gratuitos.

"Sin la disciplina de una competencia significativa basada en el mercado, las plataformas digitales pueden actuar de manera que no respondan a las demandas de los consumidores", dijo Makan Delrahim, jefe de la división antimonopolio del Departamento de Justicia, en un comunicado. "La revisión antimonopolio del departamento explorará estos temas importantes".

El Departamento de Justicia quiere "garantizar que los estadounidenses tengan acceso a mercados libres en los que las empresas compiten para brindar los servicios que los usuarios desean", agrega el comunicado.

Después del anuncio de investigación antimonopolística, todas estas empresas sufrieron una caída de su valor en bolsa: Alphabet (Google) perdió un 6,1%, Amazon un 4,6 % y Facebook un 7,5 % de su valor. Apple solo perdió un 1 %. Más fácil, si el 31 de mayo, antes de esta bajada, hubiéramos invertido 1.000 dólares, el lunes 3 de junio estaríamos así: En Alphabet, la matriz de Google, tendríamos 938,8 dólares, habiendo perdido 61,2 $. Si hubiésemos invertido en Facebook la misma cantidad, la pérdida sería de 75 $, quedando en 925 dólares. En Amazon la pérdida fue de 46,2 $. Y Apple, que fue la que menos bajo, por haber invertido 1000 dólares habrían bajado nuestras acciones a 989,89 $.

Europa ha sido un escollo para las grandes tecnológicas. Especialmente con Google, que en los últimos dos años acumulan un total de 8.250 millones de euros en sanciones. La última por abuso de posición en el mercado de la publicidad por Google AdSense.

  • La privacidad, un asunto pendiente

Las 'big tech' llegaron facilitando la vida. Gracias a ellas, la comunicación es más ligera, pero a cambio todas estas empresas acumulaban información a un ritmo imparable. Millones y millones de datos con todo lo que pasa en la red en todo el mundo. Google puede saber qué compras en Internet, qué webs visitas (incluso en incógnito) o dónde estás en cada momento. Amazon apunta todo lo que pides por su plataforma y almacena las conversaciones con Alexa, su asistente inteligente. Facebook lo tiene todo, publicaciones, likes, mensajes. Todo lo que haces en cualquiera de sus aplicaciones, como Instagram o WhatsApp.

Las grandes empresas de tecnología han hecho más sencillas cosas básicas y han mejorado la conectividad del mundo, pero ¿cuál ha sido el precio? La privacidad de cada uno de nosotros. Todas estas empresas han sufrido sanciones de diferentes gobiernos por un mal uso de los datos y vulnerar la privacidad de sus usuarios. La empresa de Zuckerberg asumió pagar 5.100 millones de dólares por la filtración masiva de datos en el escándalo de Cambridge Analityca. Google también ha aceptado su parte, una multa -de la que se desconoce la cuantía- por recopilar datos de menores en YouTube.

El mes pasado Chris Coons, senador estadounidense, apretaba las tuercas a Amazon sobre la privacidad de su asistente de voz ‘Alexa’. La compañía reconoció que guardaba y transcribía las conversaciones con su dispositivo. Al igual que Google, que tras el destape por parte de un trabajador de la compañía tuvo que reconocer que transcribe el 0,2 % de lo que hablábamos con sus dispositivos.

Parece que estamos ante una nueva época, en la que se está intentando asegurar la privacidad y evitar que sean cuatro empresas las que comercialicen con la información de casi todo un mundo.