Empieza a ser un clamor entre las organizaciones preocupadas por los más jóvenes: Los derechos digitales de los menores requieren más atención. No hace mucho la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) ha solicitado la aprobación de un catálogo de principios y derechos que recoja las garantías que deben amparar a los adolescentes y jóvenes en su relación con la tecnología. Ayer mismo, la organización Save the Children reclamó incluir el entorno digital en la educación para crear ciudadanos digitales que utilicen de forma segura y responsable las herramientas tecnológicas.

Las adicciones y tecnopatías por el uso descontrolado de dispositivos tecnológicos han creado nuevos trastornos en el siglo XXI. Poner límites al consumo de redes sociales, foco principal de la infodemia y la desinformación, saber hacer desconexiones digitales y tener unos mínimos tecno-modales en el uso del smartphone se conciben hoy como mínimos de una vida digital saludable. Al igual que esta era digital nos ha traído numerosas novedades, fortalezas y oportunidades, las amenazas también se están reflejando como nunca.

Los haters forman parte del día a día, el odio es un gran protagonista de las redes sociales, pero también la ciberdelincuencia ha cobrado gran relevancia durante los últimos meses con la pandemia. El último informe del Ministerio de Interior (2019) sobre ‘Los delitos de odio’ destaca que Internet es la principal vía de expansión de los discursos de odio. Las comunidades peligrosas en línea están más presentes que nunca, y el ciberacoso se ha convertido en un problema. Se dispersa a través de mensajes instantáneos, foros de videojuegos, redes sociales e incluso correos electrónicos. Una encuesta realizada por el Sistema de Supervisión de Conductas Juveniles Peligrosas indica que cerca de un 15,7% de los alumnos de escuelas secundarias sufrió situaciones de acoso en red en los últimos 12 meses. Pero este no es el único dato. En 2019, una encuesta realizada por Save the Children señaló que el 40 % de los jóvenes encuestados sufrieron ciberacoso durante su infancia. UNICEF ha admitido que al menos 1 de cada 5 niños y 1 de cada 7 niñas han estado implicados en episodios de ciberbullyingen España.

La educación responsable en tecnología de nuestros menores en los hogares y las escuelas es un reto inaplazable. No todos los casos son iguales, pero si un adolescente evita situaciones sociales con las que antes disfrutaba, se vuelve más retraído, pierde interés en actividades que antes le gustaban, oculta la pantalla de su móvil cuando otras personas están cerca y muestra respuestas emocionales extremas cuando mira su teléfono móvil, hay que estar atentos para saber si se debe a una situación de ciberacoso. Aquí dejamos unas soluciones para progenitores y tutores:

Documéntate. Ten control y registro de lo que está ocurriendo. Si el menor no quiere hablar y contarte lo que está sucediendo, obtén más información por sus amistades, supervisa los accesos que hace en Internet, pon ojo avizor a lo que lee tu hijo o hija, y a cómo se comporta cuando tiene en sus manos algún dispositivo tecnológico. Y presta atención a cualquier detalle que te avise de que pueda estar sufriendo algún tipo de acoso. Pide ayuda a profesionales e infórmate sobre cuáles son los pasos que debes seguir para frenar esta situación.

Comunícate constantemente. Intenta que el menor confíe en ti y hable abiertamente de lo que le pasa. Los padres deben establecer una comunicación constante y fluida para identificar ágilmente si hay algún cambio en el humor o en el comportamiento del adolescente. Habla, haz preguntas y entérate bien de qué está sucediendo, cuándo comenzó el acoso y quién está involucrado. Si no sabes cómo romper el hielo, en el canal especializado de menores de INCIBE, Internet Segura for Kids, hay un juego de tarjetas para facilitar la conversación con menores y la reflexión conjunta frente a las situaciones de ciberacoso.

Apoya. Siéntate junto al menor y hazle entender que estás ahí para ayudarle a solucionar su problema. No dejes que se sienta solo. Los compañeros, mentores y adultos a veces pueden intervenir de forma pública para influenciar de forma positiva en una circunstancia donde se publican contenidos dañinos sobre un menor y que puede hacer que se acerque al niño acosador y al acosado para expresar su preocupación.

Denuncia. Desde 2019, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) tiene activo el ‘Canal Prioritario’ para solicitar la retirada de contenidos sensibles en Internet. También puedes contactar directamente con cualquier red social para que anulen contenidos inapropiados de sus plataformas. Asimismo, si detectas amenazas graves, fotografías o vídeos inadecuados, debes acudir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que inicien una investigación (Guardia Civil Española: 915 146 000 / Dirección General de la Policía: 915 822 358).